El servicio que ofrece el IMCA es un compromiso misional que busca contribuir en el cierre de las brechas existentes en el campo colombiano, fomentando en cada uno de los procesos que se llevan a cabo el uso adecuado, la conservación y la defensa de los bienes de la naturaleza. En ese sentido, partiendo de las necesidades de las comunidades y las potencialidades de los territorios, se realizan dinámicas de diálogo y concertación con la población beneficiaria en torno a las acciones a implementar, articulando a otros actores sociales e institucionales que son claves en la superación de los retos y en la construcción colectiva del territorio. Es así como se fomenta  la agroecología y la economía social y solidaria  en las comunidades rurales a través de diversas acciones, entre ellas,  acompañamiento técnico y formación   a través de talleres y diplomados teórico-prácticos que se complementan con la mejora de los sistemas productivos agropecuarios, de agregación de valor, de comercialización, de financiación solidaria (fondos rotatorios y grupos autogestionados de ahorro y crédito local) y de inversión en infraestructura productiva que permita a las comunidades rurales adaptarse al cambio climático, mejorar sus ingresos y su bienestar integral, vivenciando la agroecología y la economía solidaria como un proceso de transformación espiritual de las personas, las familias y el territorio..  

Además, el IMCA brinda formación en habilidades “blandas” para la gerencia de organizaciones locales a través del desarrollo de iniciativas como escuelas de género que buscan la revalorización del papel de las mujeres y su empoderamiento y escuelas de liderazgo que fortalecen la participación ciudadana rural y la incidencia en instancias y políticas públicas relacionadas con el sector.  

El trabajo del IMCA se fortalece al ser parte de la Compañía de Jesús, del Movimiento Agroecológico de América Latina - MAELA y de la Red Nacional de Agricultura Familiar – RENAF Colombia.