Setas del Valle: el bosque comestible que demuestra que un campo digno y rentable es posible
¿Es posible vivir dignamente del campo con solo una hectárea? Julián Mafla y Setas del Valle S.A.S no solo creen que sí, sino que lo están demostrando. En su bosque comestible de 1 hectárea, la producción de setas se entrelaza con un manejo sistémico y resiliente del territorio, probando que la agricultura orgánica puede ser la base de un proyecto de vida próspero y regenerativo.
Este emprendimiento es un modelo de economía circular con residuo cero. Aprovecha los desechos de otras industrias para elaborar caldos, fermentos y abonos en su propia biofábrica. El resultado: seguridad alimentaria con alimentos de alta calidad y la generación de empleo digno a través de una agricultura de conservación.
El orgullo más grande de Julián va más allá de la producción: es "ver que sí es posible cambiar el 'chip' de las personas". Se enorgullece de ser un neocampesino, desafiando la visión de que campo es para mayores y no genera restabilidad. "Queremos que el campo sea asequible para todos y demostrar que en áreas pequeñas se pueden generar rendimientos económicos altos", afirma.
El sueño de Setas del Valle es ambicioso: "Implementar el modelo de bosques comestibles en cualquier lugar de Colombia". Buscan demostrar que se puede vivir con dignidad y respeto por la naturaleza, sembrando un futuro donde el campo sea sinónimo de innovación y prosperidad.